Reducir el desperdicio de alimentos y promover la sostenibilidad alimentaria son los fundamentos de la “Guía práctica de utilización de frutas y verduras recuperadas”, lanzado en la población Aurora de Chile en la ceremonia de finalización del proyecto que la desarrolló. Esta iniciativa, liderada por Manola Olea, académica de la facultad de Farmacia de la Universidad de Concepción, junto a su equipo y en colaboración con la junta de vecinos Nueva Aurora de Chile ha logrado marcar una diferencia significativa en la comunidad y busca generar un impacto en el aprovechamiento de las frutas y verduras.
Ruth Riquelme Salcedo, presidenta de la junta de vecinos, explicó cómo surgió esta colaboración: "Hace unos tres meses empezamos a trabajar con Manola. Fue por intermedio del banco de alimentos que me llamó Paola Faúndez, me dijo que una universidad quería trabajar con nosotros para hacer un proyecto y le dije que estábamos disponibles y ahí empezamos a comunicarnos." Ruth lleva aproximadamente cinco años trabajando con el Banco Solidario de Alimentos Biobío y enfatiza su importancia en la comunidad: "Ha servido mucho a los vecinos, acá hay mucha necesidad como en todos lados y ha sido un gran aporte para todos."
La guía práctica lanzada proporciona a la comunidad recetas y consejos sobre cómo aprovechar al máximo los alimentos recuperados, la señora Ruth Barreras Muñoz, vecina de la zona desde hace décadas, comentó: "Primera junta de vecinos que hallo que se ha preocupado mucho de la gente, de tantos años, toda la vida aquí, yo nunca había visto esto. Muy rico y aprende uno, aunque sea vieja aprendo igual. Yo tenía el problema de que se me desperdiciaban los alimentos. Es una cosa grande que se preocupe la gente de uno, muy buenos vecinos."
El proyecto también involucró a estudiantes de la Universidad de Concepción, Kathia Sáez, estadística del proyecto, participó del proceso con dos de sus estudiantes del curso de muestreo y encuestas, colaborando en el diseño de las encuestas, su revisión y aplicación, así como del posterior análisis. “El haber involucrado a los alumnos en el proceso de construcción de la encuesta, ir viendo ayudó muchísimo, eso les sirve a ellos para más adelante cuando tengan que trabajar”, comenta Kathia.
La inocuidad, manipulación y conservación de alimentos son temas centrales de este librillo, los cuales fueron trabajados por Eliza Capurro y María Elena, ambas nutricionistas participantes del proyecto. Estos tres temas se abordan desde una mirada educativa y práctica, de fácil manejo doméstico, considerando los resultados de las encuestas aplicadas a los vecinos y vecinas de la Aurora de Chile, buscando evitar situaciones de contaminación de alimentos, intoxicación de personas y/o animales y aportar en la optimización de la vida útil de los alimentos.
Eliza Capurro comenta que "Con respecto a la inocuidad era más o menos ir reforzando de que los alimentos cuando se preparan no se pueden ir combinando... y enseñarles a las familias que traten de tener, dentro de lo posible, alguna tabla de picar con color característico para los distintos tipos de alimentos o si no, cada vez que cambien de materia prima o de alimento sí o sí hagan el lavado correspondiente a la tabla para no generar esta contaminación cruzada”.
Manola Olea, investigadora principal del proyecto, comenta que la vinculación de la universidad con la comunidad fue parte importante en el desarrollo de este proyecto: “venir a la comunidad y no que la comunidad vaya a la universidad, sino que nosotros insertarnos y que la gente vea que la Universidad de Concepción está presente en la comunidad creo que es esencial”.
Fue en terreno que pudieron constatar el valor que los alimentos recuperados tienen para la comunidad, la labor del Banco Solidario de Alimentos resulta fundamental en la alimentación de un gran sector de la población y en el aprovechamiento de frutas, verduras y abarrotes que se descartan aún en vida útil.
“Todos los alimentos que acá se entregan para las personas significan un ahorro tremendo y resulta que, si el Banco de Alimentos no hiciera este trabajo, todos estos se irían a la basura. Con estos alimentos hay gente que se está alimentando día a día y que lo disfruta y ahorra, es una ayuda que ojalá incluso todos pudiéramos recibir, que pudiera a lo mejor existir otro tipo de instancias para que la gente también pueda acceder a este tipo de alimento recuperado que creo que es una instancia beneficiosa para todos los ciudadanos porque son alimentos que van a la basura en vez de ser aprovechados” señala Manola.
Este proyecto demuestra que la colaboración entre la comunidad, organizaciones locales y la academia puede tener un impacto significativo en la reducción del desperdicio de alimentos y en la promoción de una sostenibilidad alimentaria más amplia. El esfuerzo conjunto de todos los involucrados ha dado como resultado una guía práctica que beneficia a la comunidad y puede servir como modelo para futuras iniciativas de este tipo.
La Guía práctica de utilización de frutas y verduras recuperadas se encuentra disponible para su libre difusión y descarga, utilizando el código QR o en el link de la bio del Instagram de Comunidades Sustentables UdeC.