La Universidad de Concepción se ha embarcado en un proyecto de interculturalidad que busca abordar y promover la diversidad cultural y lingüística en su comunidad. Para comprender mejor la importancia de este proyecto y sus avances, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Paulina Urrea Ancanao, miembro del consejo asesor del proyecto.

A principios de este año, Paulina fue convocada para integrar el consejo asesor del proyecto UCO2295 “Consolidación institucional de la interculturalidad en la Universidad de Concepción”. Su participación, al igual que la de todos los integrantes del consejo, consiste en asistir a reuniones periódicas en las que se les presentan los avances del proyecto y se consulta su opinión al respecto, manteniendo un vínculo activo con personas pertenecientes al Pueblo Mapuche y habitantes de la ciudad de Concepción.

“Me parece importante que dentro del consejo se considere también la opinión de otras personas, de gente Mapuche que habita este espacio, que ha estado vinculada a la universidad y que ha tenido también experiencias propias (…) con la interculturalidad o con la falta de interculturalidad en la universidad. Es trascendental que se vayan consultando distintas voces para abordarlo de mejor manera” señala Paulina.

Si bien el proyecto de interculturalidad tiene menos de un año en funcionamiento, ya se han logrado algunos avances significativos, desarrollando actividades como una escuela de verano en la que se enseñó mapudungun a nivel inicial, ferias en la universidad para visibilizar la interculturalidad y conversatorios que abordan éste y otros temas de interés para el proyecto.

Paulina ingresó el 2013 a la UdeC como estudiante de pregrado a la carrera de pedagogía en español, llegó desde la comuna del Alto Biobío, su territorio natal, y de inmediato notó las carencias en el ámbito intercultural: “Me sentía muy sola en la universidad porque no había vinculación con otros estudiantes mapuche, no había un punto de encuentro para empezar. Yo sé que había más estudiantes mapuche, pero estábamos aislados y esa fue una como de las primeras necesidades la de decir ‘pucha quiero juntarme con mi gente, pero no sé cómo hacerlo’”

En la universidad no existía algún mecanismo que facilitara ese lugar de encuentro entre estudiantes mapuche, mucho menos alguna política que impulsara el desarrollo institucional de la interculturalidad, lo que se mantuvo años después cuando volvió a ingresar a la UdeC, esta vez como estudiante de magíster y más tarde de doctorado, algo así como diez años de trayectoria en la que los cambios no han sido verdaderamente significativos para ella.

“Lo único que me permitió acercarme es que yo siempre tuve un interés por el mapudungun, en esos años yo empecé a estudiar mapudungun más metódicamente y a través de un ramo de un profesor en particular fui acercándome y estableciendo más lazos. De manera autogestionada nos empezamos a reunir y ahí fueron surgiendo algunos grupos que permitieron establecer un vínculo entre los estudiantes mapuche y con los hogares también, pero no era algo que surgiera de la universidad”, señala Paulina.

Desafíos Actuales y Futuros

Para Paulina, los desafíos en materia de interculturalidad están claros, la apertura hacia el tema es primordial, desde acciones simples como disponer de espacios, salas u otros para realizar reuniones, charlas y clases, hacia la instalación de la interculturalidad como discurso activo y vivo, presente en una institución que se hace cargo y toma acciones al respecto.

“Creo que las universidades ya no pueden seguir insistiendo, haciendo como que no hay diversidad y entre ellas la diversidad cultural y lingüística a su alrededor, no pueden seguir haciendo como si no tuvieran estudiantes mapuche, como si no estuvieran en un territorio en el que todavía se habla mapudungun, en un territorio que anteriormente fue frontera”, explica Paulina.

Es imperante que la universidad fomente las relaciones sanas entre academia y comunidades, con sus estudiantes, y regule las buenas prácticas de sus académicos en la investigación y generación de conocimiento, retribuyendo a las comunidades por su aporte y los diversos servicios que prestan en las investigaciones.

Asimismo, la universidad debe abordar la diversidad cultural y lingüística de manera más proactiva, ya que existen desafíos importantes, puesto que “se vincula con comunidades, recibe estudiantes mapuche, o sea está inmersa en un entorno que grita interculturalidad”.

Una de las falencias o problemas que el consejo asesor ha observado es la deserción de estudiantes mapuche que ingresan a estudiar en la UdeC porque no reciben el apoyo necesario para culminar su educación, dejando en evidencia la falta de políticas de acompañamiento y apoyo para estudiantes que se enfrentan a una realidad completamente diferente. “En situaciones como esas es donde uno dice aquí falta algo, falta una política, falta algún programa que se haga cargo de permitir que esos estudiantes terminen sus estudios” apunta Paulina.

El estado de la lengua de los pueblos indígenas en general y el mapudungun en particular son de especial preocupación para Paulina, señalando que con la difusión del saber en las comunidades, facilitar los espacios para que se puedan seguir desarrollando actividades como talleres y la creación de asignaturas significarían un aporte concreto en esta tarea: “Yo creo que la universidad como centro de saber tiene que propiciar y fomentar que la lengua se siga revitalizando y me parece que estas políticas también pueden ser un aporte en ese sentido”.

La entrevista con Paulina arroja luz sobre la importancia de la interculturalidad en la Universidad de Concepción y los desafíos que enfrenta en su búsqueda de una convivencia armoniosa entre las culturas presentes en la institución. La inclusión de voces como la de Paulina es fundamental para avanzar en la promoción de la interculturalidad en el entorno universitario y en la región, abordando un tema que por décadas ha estado ausente.