Estudiantes de la Universidad de Concepción sede Los Ángeles, comparten sus experiencias de práctica profesional en entornos diversos y enriquecedores. Desde vivir en el recóndito Alto Biobío hasta inmersiones en escuelas rurales, estos jóvenes han adquirido valiosas lecciones sobre la interculturalidad y la enseñanza.
Una de las iniciativas que desarrolla el proyecto de interculturalidad UCO2295 es de instalar a la comuna del Alto Biobío como centro de prácticas, principalmente para carreras de pedagogía, con el objetivo de vincular a las comunidades territoriales con las comunidades de la UdeC desde una perspectiva colaborativa y de aprendizaje mutuo.
En esta primera experiencia de práctica, diez estudiantes de las carreras de pedagogía general básica, pedagogía en matemáticas y educación diferencial se trasladaron a la comuna del Alto Biobío para desarrollar sus prácticas profesionales divididos en dos establecimientos: Escuela G-1183 Callaqui y Liceo Intercultural de Ralco, residiendo durante cuatro meses en el territorio.
El proceso de adaptación fue completo, por una parte, tuvieron que aclimatar sus cuerpos a las nuevas condiciones atmosféricas con temperaturas bajo cero y lluvias torrenciales, y por otra, acercarse a una manera de comprender la vida y la educación en un contexto totalmente distinto, el de las comunidades mapuche pehuenche del Alto Biobío.
“El trabajo allá fue duro, fue sacrificado, había veces en que en la noche costaba dormir, pero la tranquilidad es algo increíble, es algo que no se puede vivir en muchos lugares. Las personas que están acostumbradas a estar en la ciudad no conocen lo que es la tranquilidad de no escuchar nada, literalmente; a lo más escuchar el río que estaba a un par de metros de las cabañas, pero no, fue una experiencia maravillosa” comenta Lance Araneda, practicante de pedagogía en matemáticas.
Gabriela Garrido por su parte lo sintió “como un golpe de realidad, tanto para las personas que estaban en la escuela como para nosotros, que era otra realidad, ver a tantos niños que estaban criados de otras maneras, de otra forma, de otra realidad”.
El aprendizaje y la convivencia cultural fue parte importante de esta experiencia, en la que las y los practicantes colaboraron con “educadores tradicionales”, personas poseedoras de gran conocimiento ancestral que participan de la educación de las y los estudiantes de los establecimientos, enseñando la cosmovisión mapuche, su lengua y costumbres, traspasando el conocimiento a las generaciones más nuevas. Ese conocimiento también llegó a nuestros practicantes, con lecciones de la naturaleza y sobre todo, del trabajo en aula. Gustavo Guiñez y Gabriela Garrido comentan al respecto:
“Nuestro educador tradicional nos decía que lo ideal de la sala es que no fueran tan cuadradas, que un alumno esté atrás de otro y que sean puras filas de alumnos, en vez de eso deberían estar al menos en U o que estén todos sentaditos en el suelo para que ninguno se dé la espalda, porque nadie tiene que estar detrás del otro, o sea, todos tienen voz y voto dentro de una conversación”.
“Con él tuvimos una experiencia súper bonita porque nos contaba muchas cosas de su realidad, de las experiencias que tuvo, de cómo llegó a ser docente tradicional. Con el Gustavo lo admiramos mucho porque realmente tenía una sabiduría enorme, en muchos ámbitos: cómo cuidar la naturaleza, saber cómo va a estar el clima más tarde porque lo sabía viendo las nubes o hacia dónde iba el viento. Son cosas que nosotros no aprendemos si no lo buscamos, pero ellos lo aprenden porque son sabidurías que van pasando de generación en generación no más. Para nosotros eso era fantástico, fue una realidad que nos abrió a la naturaleza, o sea, una vista totalmente diferente o quizás sí la compartíamos, pero no de una forma tan envolvente como estar en el mismo lugar. Fue una experiencia muy bonita y la recuerdo con mucho cariño”.
Los estudiantes reconocen la importancia de la interculturalidad en la educación y su relevancia en un mundo diverso. También destacan la necesidad de que la universidad brinde capacitación previa, a las prácticas en contextos culturales diferentes, y promueva la investigación y el respeto por las culturas ancestrales y extranjeras.
Desafíos institucionales en torno a la interculturalidad
Estas experiencias muestran cómo la educación puede ser una herramienta poderosa para el entendimiento y la inclusión en una sociedad diversa. Los desafíos se presentan como oportunidades para aprender y mejorar la enseñanza, y los estudiantes están dispuestos a abordarlos con empatía y apertura.
“La universidad tiene una importancia de investigación en esta zona, de recolectar información y acercarla a las comunidades, porque somos los jóvenes lo que estudiamos en las universidades, somos los que vamos a estar escuchando, insertándonos en las zonas y generando evidencia, generando estudios, e interesándonos en el tema” opina Miriam Castillo, practicante de educación general básica.
Javiera Villalobos, practicante de educación diferencial, añade que la interculturalidad “Se debe abordar [en la universidad] en el aspecto de integrar clases o electivos donde se aprenda el idioma. También es necesario tener profesores que sepan el idioma por posibles estudiantes de otras culturas, no solamente mapuches, y saber que existen otras culturas que merecen la misma importancia y respeto. La universidad debe formar personas capacitadas para enfrentarse a la diversidad, que sean capaces de integrarse en una comunidad mapuche u otra, y que tengan las competencias para desarrollarse en esta”.
Las opiniones en torno a la idea de interculturalidad y las necesidades que se presentan como profesionales en contextos diversos afloraron en la experiencia de estos estudiantes, compartiendo puntos de vista y propuestas de las cuales esperan, la universidad se haga cargo.
“la interculturalidad no solamente trata de resguardar lo que es la cultura ancestral de nuestros pueblos originarios en el país, sino que también tiene que ver con todos los alumnos, las personas que están llegando al país que también tienen otra cultura, también tienen otros idiomas, otras formas de expresarse y la interculturalidad también toma parte de todas estas personas que están llegando. Tenemos que estar preparados para poder generar planes para que podamos insertarlos a la comunidad educativa, tanto a los niños que están en la escuela como a las familias que vienen detrás de ellos, porque generalmente son personas que vienen con pasados marcados, con experiencias en las que necesitan poder mejorar la situación en la que llegaron al país” señala Gabriela Garrido, practicante de educación general básica.
Lance Araneda por su parte piensa que “el desafío más grande que se tiene aquí dentro de la universidad es tratar de que la educación aborde en sí lo que es la interculturalidad, lo que es trabajar en comunidades, ya sea en comunidades indígenas o comunidades extranjeras, porque no todos aprenden de la misma manera, (…) entonces, por parte de la universidad, sería bueno que tuviera una asignatura o un taller que hable de esto, trabajar con comunidades, trabajar con interculturalidad. Siento que es bastante importante a tomar en cuenta en los tiempos que estamos viviendo ahora en que cada vez hay mucha más variación de culturas dentro del país, dentro del territorio. Es un desafío que la universidad debe afrontar porque cada vez va a ser más complicado tratar de, en el caso de los pedagogos, tratar de enseñar en ese contexto.”
Asimismo, Gustavo Guiñez opina que “es importante que la universidad se enfoque más en el territorio que tiene cerca y la cultura que predomina en ese territorio, por ejemplo, sería bastante importante que traigan a un educador tradicional de chedungun de la comunidad pehuenche a la universidad, lo que seguramente sea un aporte significativo tanto para nosotros como estudiantes -porque nos sirve para los que queremos seguir yendo a prácticas profesionales en el territorio o aquellos que quieran enfrascarse en esa aventura-, pero también sirve para los estudiantes que quieran venir de allá a estudiar acá porque claro, ellos van a venir acá y van a ver que en la malla existe la asignatura de mapudungun y claro, ellos son mapuche pehuenche, pero igual las culturas son bastante distintas, tienen muchas diferencias en cuanto a la cosmovisión y creo que sería mucho más beneficioso para la universidad si se enfocaran en los pehuenche que están más cerca del territorio”.
Las voces de estos estudiantes nos recuerdan la importancia de la interculturalidad y la necesidad de adaptarse a entornos diversos en el proceso educativo, pero también nos conmueven con su pasión por la docencia:
“sobre esta experiencia lo que principalmente me llevo es la importancia de amar lo que uno hace, porque cuando un profesor pierde el amor, y en esos lugares donde hay pocos profesores, donde los niños son muy vulnerados, donde se necesita más apoyo y pierden ese amor y solamente quedan ahí por costumbre, por estar arraigados al lugar y no querer soltar, la educación ya pierde su sentido y pasa a ser algo más día a día, una cosa que se repite, y uno se va volviendo más cerrada, peor persona. Entonces es la importancia de amar lo que uno hace porque estando allá y amando, nosotros generamos verdaderas marcas en los niños, positivas en este sentido, podemos darles las familias que no tienen en sus casas, porque lamentablemente Ralco es un lugar que está muy vulnerado respecto a los niños” comenta Miriam Castillo, practicante de educación general básica.
“Fue una buena experiencia que hizo que sí tuviera ganas de seguir avanzando y seguir esta profesión con cariño, siempre con cariño porque los niños necesitan siempre que su curso, su sala de clases sea, no un refugio, pero sí una segunda casa en la que se sientan bienvenidos, creo que eso es lo que me puedo llevar de esta práctica” recuerda Gabriela Garrido, practicante de educación general básica.
Finalmente, Lance Araneda comenta con qué se queda de esta experiencia: “Los chicos de allá son muy de piel, son muy cariñosos, tratan de acercarse siempre aunque a uno no lo conozcan, siempre tratan de acercarse de cualquier manera para ser como son ellos, y me llevé eso de allá y trataré, de aquí en adelante, de tomar eso como aprendizaje en el momento en el que yo estructure las clases para tratar de abordar a la mayor cantidad de alumnos posibles, entendiendo cómo es cada uno de ellos, esa experiencia es bastante grata y aporta bastante a la experiencia de formación de un profesor”.